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15 La demanda de ofertas flexibles en línea ha seguido aumentando a medida que los futuros estudiantes tratan de actualizarse, reciclarse y seguir estudiando. Las instituciones educativas están adoptando modalidades intensivas de estudio en línea que se imparten en periodos de estudio de 6 a 8 semanas y que ofrecen periodos de admisión más frecuentes. La literatura anterior ha establecido los factores clave del éxito de las ofertas en línea no intensivas (12-13 semanas); para los profesores, el desarrollo de habilidades es fundamental para promover un enfoque flexible y receptivo y mantener las capacidades tecnológicas; para los estudiantes, es importante la capacidad de navegar por la tecnología, interactuar con el entorno de aprendizaje de manera significativa y autorregular el aprendizaje, ya que la ausencia de infraestructura física y de oportunidades de interacción cara a cara en los entornos en línea pone un mayor énfasis en las formas alternativas de comunicación y apoyo. El presente documento explora los principios conocidos de las mejores prácticas para los instructores en línea, los estudiantes y el apoyo a los estudiantes, y considera cómo podrían aplicarse a los entornos intensivos en línea. Se sugiere que la naturaleza acelerada del aprendizaje en entornos intensivos puede plantear demandas adicionales a los estudiantes, los instructores y los mecanismos de apoyo. Es imprescindible seguir investigando para determinar los factores de predicción del éxito en los entornos de aprendizaje intensivo en línea. El alcance y la disponibilidad de las ofertas en línea siguen ampliándose a nivel mundial. La demanda de cursos más intensivos y de corta duración que ofrezcan oportunidades de perfeccionamiento ha aumentado a raíz de los cursos en línea masivos y abiertos (MOOC), y este aumento de la demanda ha ampliado a su vez la disponibilidad de programas de grado en línea. En 2015, hasta seis millones de estudiantes en Estados Unidos cursaban estudios en línea, de los cuales casi cinco millones estudiaban una titulación universitaria (terciaria) (Allen y Seaman, 2017). Se han observado tendencias similares en el contexto australiano. Recientes informes sobre el sector de la educación superior australiana han puesto de relieve el rápido y continuo crecimiento de las inscripciones en línea, pero también un grado de "difuminación" de los límites, debido a la creciente adopción de tecnologías para apoyar la experiencia de aprendizaje en el campus (Norton y Cherastidtham, 2014; Norton y Cakitaki, 2016). Los cambios en la política de financiación australiana también han permitido que más universidades públicas inviertan en ofertas en línea (Kemp y Norton, 2014), lo que ha contribuido al continuo crecimiento de este sector. Se ha comprobado que las modalidades de estudio en línea son equivalentes a los entornos presenciales en lo que respecta a resultados clave como el rendimiento académico de los estudiantes (Magagula y Ngwenya, 2004; McPhee y Söderström, 2012) y la satisfacción de los estudiantes (Palmer, 2012). Sin embargo, la oferta en línea también presenta algunas diferencias clave con respecto a las modalidades de estudio en el campus. El acceso a los materiales del curso en línea permite niveles de flexibilidad y accesibilidad sin precedentes para los estudiantes de todo el mundo y supera las barreras geográficas que podrían impedir a los estudiantes acceder a las ofertas de cursos en el campus (Brown, 1997, 2011; Bates, 2005). La naturaleza del entorno de la educación en línea también significa que la impartición de los cursos tiene que compensar la falta de infraestructura física inmediata, dependiendo en mayor medida de los métodos asíncronos de comunicación. También hay pruebas emergentes de que las cohortes de estudiantes en línea difieren de las cohortes en el campus con respecto a factores como la edad y los compromisos laborales o familiares (Bailey et al., 2014; Johnson, 2015), lo que también habla de la demanda de ofertas en línea más flexibles

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